Palabras al azar
Cuentos o relatos que nos importa que esta energía narrativa ande en sus vuelcos, en sus vueltas de tuercas, y que no ande en el calco de mañas de otros disque cuentistas de acervos escudados por la alimaña de la critica académica ,de todas maneras lo que esta escrito en estos relatos atañe a la imaginería parecida a un caja de herramientas, donde los resortes técnicos son de menos, y que la lingua , no muy amorosa, ni cristalera anda dejando sus huellas de lagarto en las arenas movedizas de esta cuentera tierra de ilusos escritores, que en prima opera ya venia haciendo desacatos con temas punzantes, que llevan las agujas envenenadas por la critica que infecta los moralismos tradicionales, y que las añejas opiniones de asilo de ancianos tratan de callar a los lectores de este siglo que inicia, y de seguirle poniendo la vendas a la gente gustosa por la carcajada y la irreverencia que sacude el alma, nos hace perder los equilibrios, porque la literatura en mayúscula no nació para los didactismos insólitos, ni para oficiar mizsas con meas culpas, estos cuentos no se asemejan a las buruscas traumáticas de amoríos insípidos, ni anda en las cursilerías de ornatos innecesarios, la búsqueda de no encontrar nada ,ni a nadie, divertirse como en el circo romano con los leones, la muerte es parte del juego, de la redondez de estas narraciones que empiezan a donde terminan, que no anda idolatrando estilos de ninguna forma, huir de ecos que nos ponen tensos cuando uno empieza a escribir partiendo de otros textos, y que va ,sino hay aciertos en estos relatos, que importa a los académicos que no son los indicados para verter opiniones ya que ni ellos escriben, solo dedicados a la perorata de decir que esto aquí ,que esto allá, vaya ,en la tierra sureña, ya el cuento tiene historia en algún cuentista que ahora lo han bajado del Olimpo de los Dioses griegos, que andaban haciendo pases de divina garza con estilos apadrinados por egresados de la Sorbona, y que herían con navajazos a otros escritores que se les ocurrió esconderse en las marañas del tiempo, y salir con las alas gigantescas, porque hemos salido en manadas de ñu, con una carretada de libros que se tenían en los cofres de Pandora. “Juegos al Azar” no tiene que ver con el mismo libro, ya lo dice el titulo, lo elegí al azar, porque si el lector los entiende va tener que leerlos al azar, odiarlos o los, tiene dos vías, en cualquiera de ellas, va directo a una escritura intrépida, donde la burla es el sello de garantía de expresar que el mundo, ha cambiado, que ya no tiene los mismos códigos de comportamiento. Sin embargo .que importa si este estilo esta viejurgo, o si anda en pañales, no dice lo que otros esperan que debe decir, hay que escribir, sin brújula, ni con planes preestablecidos, la mojigatería de ser perfecto, cuando en verdad que estamos hechos de fe de erratas, somos fruto del error, y por lo tanto la literatura es la única formas de pluriexpresividad donde el ser humano tiene que decir los que quiere, porque la censura es el medio caquiento de embarrarnos de falsas moralidades, cuando en verdad la ética ,si la ética es un convencionalismo, además la literatura no es un tratado de moral, ni de ética, en el caso que me compete. La realidad y la ficción tiene una cercanía insospechable, el texto no se traduce, el lector nadie lo obliga a navegar estos mares de risa, nadie empuja a nadie a los bifurcados significados que con saña se malinterpretan, donde el sadismo, los males sociales, las religiosidades existen antes que exista el texto narrativo, porque el cuento es una absorción de esa realidad que se recrea, que desconstruye y se recoge en pedazo para armarla como una especie de rompecabezas. Culmino expresando que es otro lance de dados de la editora Ágora dirigida por el poeta Enrique Ordoñez que ha tenido las agallas de dirigirnos en todos los sentidos desde las correcciones, sugerencias y ediciones del mismo texto., que ya rompe los hitos de publicar, no malos libros, sino los que se encaminen a los cambios semánticos, sintácticos ,y estilísticos, vale la pena decir, que tanto tiempo he sido el ensayista que es escritor, y que tiene tiempo insoslayable para prologar a los vecinos ,pero por ser victimas de horarios laborales ,me permito ser el mismo que restriega la lingua rastrera en los garabatos que presento de manera sencilla, que el lector haga justicia con sus propias manos, que de él es este reino de estas palabras cortantes.
El autor (Oscar Sierra)
