jueves, 18 de noviembre de 2010


Introducción

Universos y estilos peculiares en los cuentos de Rony Oniel Salgado


“No pienses en tus amigos al escribir, ni en la impresión que hará tu historia. Cuenta como si tu relato no tuviera interés más que para el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber sido uno. No de otro modo se obtiene la vida del cuento”.
HORACIO QUIROGA


Prólogo

De alguna manera conocemos al poeta y narrador Rony Oniel Salgado, en el adalid de la cátedra y en el sopor cosmogónico de la poética.
Esta vez da un viraje a la narrativa.  Relatos que trastabillan mundos llenos de fantasía, una territorializacion por lo maravilloso, realzando lo cotidiano en un vaho de sub-realidades oníricas que vertebran su macrotextualidad ficticia o ficcional, veamos la carta en la que un personaje se manifiesta con un eco narrativo poliperpectivo, lo que Henry James le denomina “Mirada de semáforo”:

“No he tenido el valor de hablar contigo y decirte todo esto que siento por tí. Porque  cada vez que te miro, el frío se congela en mi piel y mi lengua es un témpano que naufraga en el silencio del mar. Si pudieras escuchar la voz de mis ojos, leerías en cada mirada el dolor que atraviesa mi incomprendido pecho.”

 Sus cuentos  nos interceptan con la dialogicidad cultural de lo universal y lo local, de la que nos confirma-Bajtin:
“Dicen que Míster Thomas, abandonó las selvas urbanísticas de cemento del país norteamericano, porque se enamoró de las belleza multicolor de La Botija, yo no creo como dicen por ahí que el descubrió que botija era un tesoro enterrado y vino a ver si lo encontraba para desenterrarlo.”

Texto poliperpectivo por el entrecruce irónico de los acontecimientos de cada cuento, que es visto desde una ventana onírica, y de la exactitud de una semiosfera de imaginación en la que se desdobla la fictividad en una enunciación, en donde  la ironía rompe el contexto, para sinexar mundos contrarios llenos de sarcasmo con un tono freudeano de voyerismo literario, en el caso del cuento “El Espía”:
“La joven abrió la ventana y separó las cortinas para que la brisa fresca inundara el cuarto. El, agazapado, abrió una pequeña brecha, en el cerco de limonarias, que separaban la residencia, del jardín y el huerto de árboles frutales”
Rony Oniel Salgado espacializa  los  relatos en forma esférica, no trata de plantear tramas simplonas, más que todo va en búsqueda de crear situaciones lingüísticas que definen su estilística, una característica es la tonalidad lírica ,desbroza el relato, donde sinexa de forma talentosa la poesía-cuento, simbiosis difícil de ponerla a la vera del camino, veamos un ejemplo:
“Ahora estoy en ésta isla solo, sin mi sirena de encantos, sin la cascada de tus rizos; rodeado de ensueños, de esperanzas, de mudas respuestas”.
Discursivizacion dimensional y abarcadora del signo estético, le da esa cobertura a lo imaginario a medida avanzamos en su lectura: “La joven terminó de leer la carta, pasó la mano suavemente sobre su frente para limpiar unas pequeñas gotas de sudor, se quedó meditando por unos instantes, tiró una última mirada al papel, comenzó a leerlo de nuevo pero se detuvo como controlada por una fuerza de inercia”.


La construcción de una frase acertada en el eje paradigmático y en el eje de combinación, es decir el pulcro manejo de la palabra, de la lexía, del taxema, cuando deja hablar y actuar a lo personajes, le suelta los hilos, como un ventrilogo, los deja libres, deja que sean de carne y hueso, los deja andar hasta el final, veamos “El Ticher Pedro”:
“A decir verdad, no tenía alternativa,  éramos muy buenos vecinos, y el ticher cuando quería meterse sus jucas siempre me llevaba a mí, pero aunque el pagaba todo no creas que era de gratis yo era, como digamos su guarda espaldas, me daba la treinta y ocho, para que yo me la camisiara y lo cuidara de cualquier indio tonto de los que abundan aquí, no fuera le hiciera algún daño”.
Evita caracterizar personajes guisos o planos, les da vida, respiran. Este libro  relatos es un túnel de búsquedas sempiternas hacia la historia imaginativa de la humanidad, por lo tanto trasciende con ese sabor universal que enuncia o dibuja en sus relatos recurrentes:
También leía que a los viejos les pasa las del lobo que persiguen a la caperucita y termina comiéndose a la abuelita. Bueno eso no lo entendí muy bien, pero lo que te quiero decir es que antes que al ticher Pedro le gustara la Lucía, le había echado el ojo a la Adelaida, aquella chelita de la Juliana, te acordás de ella, la que tenía unos jícaros como de los que hace guacales mi mama, ¡uy! y las piernotas parecían robles de gruesas, pero lisitas como sandías, no digamos los ojos eran luceros de noche estrellada, si al verla caminar se me erizaban los pelos, parecía la potranca de mi padrino con montura y todo”.  Con esto logra la Isocronia, que consiste en mantener constante el ritmo narrativo  hasta finalizar de modo sorpresivo.


Aflora con destreza un estilo Directo, donde se da en aquellos discursos en los que se cita las palabras o pensamientos de los personajes de manera textual, tal y como se supone que ellos mismos los han formulado. Suelen ir precedidos de fórmulas que los gramáticos  latinos conocen como “Verba Dicendi”. También encontramos otro recurso todavía vigente en la narrativa contemporánea, en autores como Marco Denevi, Federico Andahazi, Roberto Laiseca y Cesar Aira sin obviar algunos europeos actuales Alejandro Baricco, Patrick Suskind, Inre Kertesz y José Saramago.
Rony Salgado, logra de manera precisa traslapar la isotopía,  “que es la reiteración de elementos semánticos o pertenecientes a cualquier otro plano del lenguaje o del universo ficticio establecido en el discurso, que traba un texto dotándole de coherencia interna”, es decir todos los relatos tienen un efecto en común, todos van en búsqueda de respuestas humanas contra los conflictos existenciales que le competen de forma sustantiva al escritor, siempre plantea personajes problemáticos, el ticher Pedro, El espía, el político, para citar brevemente un caso.
Según Yuri Lotman, sus relatos o narraciones se conjuntan y adjuntan signos culturales, cuando hace alusión crítica a los medios de comunicación sumergidos en la mentalidad de la memoria colectiva:
“Buscaré algo interesante, canal o, las mujeres de la mafía, bonitas chicas pero…. nada constructivo, aperitivo para señoras sin formación crítica, telemecate, abriendo mecha, pura manipulación noticiosa, encuestas arregladas… ¡mentiras, mentiras y más mentiras!, Dtv música… como no te voy a querer….como no te voy a querer…tonto no soy para no saber que sos pedazo de mujer….. La canción  de Polache, música realista, interesante y crítica, otro buen hondureño con arte pero sin apoyo, HBO, a tiempito va a empezar una…”


 De manera mordaz crea un panorama narrativo-descriptivo que nos deja atrapados, sin soltar sus historias, nos entromete:
“Todo comenzó con una llamada telefónica, tomó el auricular,  sacó  el papelito cuidadosamente guardado en su billetera, marcó el número telefónico, mientras secaba suavemente sus manos con una servilleta que tomo de la mesa, la sala comedor de su casa parecía detenida en el tiempo”
Nos hace cómplices de esa ingeniería ficticia ocurrente, en “El Ticher Pedro”, maneja con delicadeza y puntualidad el narrador en primera persona, con un nivel lingüístico que desplaza el signo estético provocando placidez en la mente del lector:
“El ticher me decía que mientras el platicaba con la Adelaida en el patio, yo me encargara de entretener a la Juliana, así que me pasaba contándole puras perras a la Juliana y ella me seguía la corriente hasta la baba se le salía de la boca porque no la cerraba, a veces ingrida en mí y, otras de reírse de los chistes que le decía.”
Domina el juego temporal, el paralelismo del ilocutio, fineza para abrir las rendijas que desenovillan la trama, para inquirir en una galaxia de imaginería, en el cuento “Encrucijada”, nos traza un efecto de trance:
 “Le parecía que había llegado al fin del callejón y no encontraba la salida a diestra ni siniestra, no entendía como sus decisiones le habían llevado hasta ese punto. Recuerdo que lo miré solo, en aquel comedor como si fuera un joven huérfano, la mesera le tomó la orden y él se perdió con la mirada fija en el horizonte de la meditación”.
Un encuadre irónico de vanaglorias políticas, su estrategia narrativa seria la ensoñación, cuando el personaje ensueña estar en la cena de un político, visualizando los máximos poderíos de la cultura política latina dentro de la historia nacional y latinoamericana: 

Parado frente al lavabo, limpió con varias toallitas húmedas su cara, en la que eran evidentes las marcas de una trasnochada adolescencia de bar en bar; deslizó suavemente la yema de sus dedos, incrustando agua a cada poro ampliado de su tez oscura. Se inclinó, levemente pues parecía aterrarle el reflejo matutino de su rostro,  mostrado fielmente por la pantalla de plata.”.

“La Chica Soltera”, veamos, el amor, este es el punto que nos desploma el realismo subjetivo  y, nos hace caer en el goce textual, la ironía de que el hombre no reúne las perspectiva de la mujer, entramos en una condensación del desparpajo, se abren las rendijas en el asome sutil de la cortina de la imaginación, lo risible penetra como alfiler en la piel de la sensibilidad, esa juntura realístico-amoroso le da un envión al logro narrativo en el final del relato: “El sol se ocultaba en el trasatlántico muriendo con él toda ilusión, se acercó con pasos lentos hacia mí, me tomó entre sus brazos, susurrándome suavemente al oído. --- ¡Lo siento!,  amigo, no llenas mis expectativas.”.                                      
Ese trance cataléptico, un relato brillante que me deja en suplico desde el inicio, luego respiro tranquilidad cuando entro a la vislumbre traumática en el cuento “Compañeros fieles”:
“Ya habían transcurrido seis años de aquel episodio funesto, ella aún conservaba el arma de reglamento, del compañero de toda la vida, esa que muchas veces le sirvió para protegerle en las intrincadas situaciones de su trabajo, como cuando hizo frente a los asaltantes del banco que se ubicaba a tres cuadras de su casa, aquella mañana que después de compartir una taza de café, con ella, en la mesa del comedor, enfrentó fieramente junto a otros compañeros que arribaron rápidamente al lugar del asalto en una patrulla, al ser avisados por la alarma del edificio bancario.”

Narraciones que trazan una directriz de convertir lo cotidiano en  lo insólito que nos abre compuertas, también en la imaginación:
“Una vez llegó y pescoceó a una mesera que les recogía las botellas vacías de la segunda ronda, una mujer hermosa, con una minifalda ajustada que aquellos hombres, con sus tragos en el pecho comenzaron a sacar su espíritu donjuanesco, así miró la viejita a mi papá, y ni corta ni perezosa se abalanzó sobre aquella mujer, sin darle oportunidad alguna de defenderse, si no se la quitan me comentó ella misma, la mato, vale que a tiempo, reaccionaron aquellos hombres porque ya la tenía sometida y bien aruñada.”
“Doctor en corrupción “del réflex político que se connota, que se diluyen en la boca de los personajes, voces adheridas a las realidades históricas que onirizan, ese asalto esperpéntico del espacio real a lo imaginario.  Su prodigio esta ahí en un estilo terso, manejo de la frase ilocutiva, de una plurivocidad del narrador, que atrofia y provoca  ruptura en los juegos temporales, el dominio lexical y lingüístico cotidiano:
“Lo de trancero, era el mote  ganado por su habilidad de tranzar chanchullos, cualquier cosa que no fuera de él, pero que le permitiera obtener grandes beneficios. Era un experto en crear falacias, en promesas, en yo no fui...., en espere todavía no ha salido nada, pero, usted es la primera en la lista, en nos vemos en el estacionamiento de la plaza del sur, mi carro de Gobierno no tiene pintada la bandera”.
 Relatos que no exponen una trama romántica o vacía, su creatividad esta sobre las plataformas anacronistas, sobre el tejido de lo común, un traslape de lo real con la firmeza de decantar lo narrativo:
“Mucho tiempo después, el esposo, mozo de su padre, en el negocio familiar, se encargaría de recordarle cada vez que discutían, la tarde aquella en que se convirtió en manos de su primo, en mujer.”
La diegesis “el mundo ficticio en el que se sitúan los personajes, situaciones y acontecimientos que constituyen la  historia narrada por una novela o cuento”, veamos un ejemplo:
“De regreso, como siempre, a eso de las doce de la noche, pasábamos por el cementerio de la comunidad, me sacaba la pistola y miraba para todos lados por si un muerto quería volver a morir o un vivo mal intencionado nos hacía una mala pasada, lástima que no caminábamos una pala porque allí mismito lo enterrábamos.”.
 Como lo expresa Horacio Quiroga “Toma a tus personajes de la mano y llévalos firmemente hasta el final, sin ver otra cosa que el camino que les trazaste. No te distraigas viendo tú lo que ellos no pueden o no les importa ver. No abuses del lector. Un cuento es una novela depurada de ripios. Ten esto por una verdad absoluta, aunque no lo sea”, esto se cumple a cabalidad en los relatos de Rony Salgado: “Ubicó su cuerpo de manera que el ángulo de observación fuera perfecto, una vez satisfecho, miró complacido como la joven develaba, entre el respirar agitado y el tenue sonido de una canción, sus miembros perfectamente bronceados en una playa tropical”. 
Rony Salgado logra aflorar la trama poniendo un punto sorprendente al final del renglón, esto nos invita a la eterna relectura. El desplome de la conciencia, porque bucea el espíritu de los actantes e implosiona una curvatura de cierto tono violento con acento de docilidad que va de acorde con el nuevo lenguaje cinematográfico:
Llegó el momento de despedirse, las maletas estaban lista, su madre trataba de ser fuerte, aconsejaba incesantemente a su hija, reunió todos los consejos habidos y por haber y se los daba a cucharadas, finalmente se fundieron en un tierno abrazo, lleno lágrimas que, el papá tuvo que soltarlas porque, extrañamente para la época, habíase formado unos nubarrones que amenazaban con una fuerte tormenta.”

II

Gastón Bachelard  expresa “El cuento es una imagen que razona, tiende a asociar imágenes coherentes. Lleva la convicción de una imagen primera, a todo un conjunto de imágenes derivadas, pero la relación es tan fácil, el razonamiento fluido que pronto se ignora donde esta el germen del cuento”.
La Ficción es una estructura paralela a la realidad, crea personajes desde el empalme de una primera persona-tercera, para dislocarnos y atraparnos con la burla que desacraliza e irrumpe en una sociedad conservadora en el aspecto político e histórico. La narrativa de Rony Salgado manubrea la narrativa creando una discursividad directa e indirecta.

Lo máximo de sus relatos es que se producen en espacios reales, y los fictiviza en un encadenamiento de acontecimientos que se van engarzando a través de un acto cotidiano que los convierte en extrañas situaciones, el “Ostranenie” le denomina Viktor Slovsky. Un elemento en común en  todos sus relatos desde el principio hasta el final, donde se yerguen universos verbales en boca de  personajes que proporcionan un valor intrínseco al relato, sus rasgos de comportamiento están marcados por la sedimentación cultural que arraiga al  autor-personaje que incursiona e interviene con cabalidad en el relato.

Mundos que vienen desde el fondo de la estructura profunda de la narrativa hasta llegar a la superficie y anudar la realidad como paralelismo de los asuntos que se tratan en común y con alguna extrañeza con lo que cuentan los personajes como el Ticher Pedro o las observaciones voyeristas del Espía.

 Los personajes se oponen, ríen, sufren, huyen, se afrontan y por lo tanto algunos mueren por sus propias elecciones existenciales. Las historias se mueven desde un “Aquí-ahora”, porque cada elemento va originando partes, y esto produce unidad y ocurrencia para enhebrar todos los relatos.


Rony Salgado  trasvasa e implosiona aproximarse de forma acertada a  una nueva forma de contar, humor certero, la ironía sobretodo al final, le da  un original arranque a la narrativa contemporánea hondureña, por la peripecia y suspicacia inteligente de hacernos caer en los ensueños  y entelequias  de su recurrente imaginación, “El Espía y otros cuentos” viene a demarcar tonos estilísticos  propios en la forma de contar, lo sorpresivo, la manera de conducirnos hacia el extravío, de lanzarnos sin previo aviso a mundos inimaginables ,la destreza de convertir en extrañeza lo cotidiano, de tamizar las realidades contextuales de nuestro ámbito nacional y arrastrarlas al subconsciente colectivo, desde los surrealista del espía hasta el realismo de Míster Thomas, esos extremos empecinados en hacernos reír y a veces uno que otro llanto.

Este libro de relatos nos deja su forma lúdica y formal  en el consiente humano despistándonos en el coturno de la idiosincrasia.
 Rony Salgado viene a enfilarse con narradores hondureños de actualidad como Oscar Amaya, Elvin Munguía,  Félix Martínez, César Lazo, Glenn Lardizábal, Pedro Vigil, Gustavo Campos, y Giovanni Rodríguez. Culminamos expresando que esta juntura de relatos abren nuevos senderos en la cuentistica nacional, grosso modo, los lectores harán justicia siendo cómplice de su mundo creativo y recurrente.

Oscar Fernando Sierra  Ordoñez
Poeta y Narrador


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